Exposición
En junio de 1999, tras el Consejo Europeo de Colonia, los jefes de Estado o de Gobierno de los Quince decidieron codificar los derechos de los ciudadanos europeos con el fin de consagrar su excepcional importancia y su alcance de forma visible para los ciudadanos de la Unión Europea. Para el Parlamento Europeo, esta decisión fue una victoria. En realidad, las razones de este cambio de actitud en el Consejo Europeo fueron variadas. Por una parte, el aumento progresivo de las competencias de la Unión Europea incrementaba la probabilidad de que los derechos de los ciudadanos se vieran afectados por la actuación de las instituciones comunitarias o de los Estados miembros.
Por otra parte, la inminente adhesión a la Unión Europea de países que hasta hacía poco estaban sujetos a regímenes antidemocráticos reforzaba la preocupación por los derechos humanos. Por lo tanto, era necesario definir en un único texto los derechos fundamentales y los valores comunes y garantizar su protección a escala de la Unión Europea. Por último, era importante que la Unión Europea dispusiera de un elenco claro de derechos fundamentales, ya que estos constituían un elemento cada vez más central de sus relaciones con terceros países.